El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea que se caracteriza por una obstrucción variable y reversible al flujo aéreo, bien espontáneamente, bien con tratamiento broncodilatador.
La inflamación produce hiperreactividad a múltiples estímulos y precede y predice el desarrollo de asma aunque no es suficiente para la enfermedad ya que existen personas asintomáticas con hiperreactividad. La prevalencia es desconocida, predomina en varones en edad infantil y en mujeres adultas, y parece que la incidencia va en aumento en las últimas décadas. Para explicar la patogenia de esta enfermedad existen varias teorías, siendo la más aceptada la inflamatoria en la actualidad. Parece ser que dicha inflamación se produce por dos mecanismos, por un lado uno dependiente de Ig E y otro independiente en cuya vía de propagación parecen tener mucha importancia los leucotrienos.
Factores de riesgo.
Hay tres tipos de factores, por un lado los predisponentes, siendo el más importante la atopia. Por otro lado los causales, es decir aquellos que actuando sobre una vía aérea predispuesta la sensibilizan; estos son los ácaros domésticos (la exposición el primer año de vida se relaciona con la aparición posterior de asma), los pelos de animales, los hongos y los pólenes de árboles, hierbas y malezas. En este grupo se encuentran también la aspirina y otros AINEs que en el 10% de los asmáticos producen ataques graves. Esto suele suceder más en adultos y se asocia a la tríada de Widal con sinusitis y pólipos nasales y parece relacionado con la liberación de leucotrienos . En último lugar se encuentran los factores contribuyentes que son aquellos que se asocian con el inicio de los ataques. El más implicado es el ejercicio físico, sobre todo en
jóvenes, pero también el tabaco, la polución, los mismos alergenos causales, las infecciones víricas, los cambios de temperatura o el reflujo gastroesofágico, cuya corrección se asocia a una mejoría del asma .
Clínica.
La tríada clásica es la disnea, ,sibilancias y tos. Los síntomas ocurren de forma paroxística y ante situaciones características como exposición al polen o ejercicio físico. No es raro encontrar pacientes cuya única manifestación clínica es la tos escasamente productiva
Diagnóstico.
Exploración física: sibilancias espiratorias y en casos graves pulso paradójico, uso de los músculos accesorios y silencio auscultatorio. Espirometría: confirma el diagnóstico, evidenciando un patrón obstructivo y una mejoría del FEV1 mayor del 15% (reversibilidad) tras la prueba broncodilatadora. La obstrucción además es variable, como se manifiesta con la medición del pico de flujo espiratorio
máximo
Gasometría: durante la crisis inicialmente hay hipoxemia, hipocapnia y alcalosis respiratoria por la hiperventilación.
Otros: La radiografía de tórax sirve para descartar otros procesos. Las pruebas de provocación no se realizan de forma rutinaria, los tests alérgicos se hacen ante sospechas concretas. En el hemograma
de algunos pacientes puede aparecer eosinofilia.
Clasificación clínica del asma.
Asma intermitente.
• Crisis de disnea breves, menos de una vez a la semana.
• Menos de dos crisis nocturnas al mes.
• Período intercrítico asintomático y con función normal (PEF
o VEMS >80% del teórico).
• Variabilidad* <20%.
• Incluye el asma por ejercicio.
Asma persistente leve.
• Más de una crisis semanal pero menos de una diaria.
• Más de dos crisis nocturnas al mes.
• A veces hay limitación de la actividad y del sueño.
• Situación basal: PEF o VEMS >80% del teórico.
• Variabilidad* 20-30%.
Asma persistente moderado.
• Síntomas continuos.
• Más de una crisis nocturna a la semana.
• Limitación de la actividad y del sueño.
• Situación basal: PEF o VEMS 60-80% del teórico.
• Variabilidad* >30%.
Asma persistente «severo».
• Síntomas continuos.
• Exacerbaciones y crisis nocturnas frecuentes y graves.
• Limitación de la actividad y del sueño.
• Situación basal: PEF o VEMS <60% del teórico.
• Variabilidad* >30%.
Clasificación del asma.
Se divide en intermitente – aquella que presenta síntomas esporádicamente y no requiere un tratamiento continuado- y persistente. Esta última además se divide en leve, moderada y grave según unos
criterios clínicos y espirométricos. Resumiendo el asma leve es el que limita ligeramente la actividad física y el descanso nocturno con un VEMS basal>80%, el severo aquel que impide por completo la
actividad normal y requiere frecuentes hospitalizaciones con VEMS basal <60% y los casos intermedios son los moderados.
Respecto a las crisis asmáticas se dividen también en leves (PEF>70%), moderadas y graves (PEF<50%).
Son signos de gravedad la disnea de reposo, el uso de músculos accesorios, sibilancias intensas, diaforesis, FC>120 lpm, FR>30 rpm y el pulso paradójico> 25 mm Hg. Los signos de extrema gravedad
son disminución del nivel de conciencia, cianosis, bradicardia, hipotensión, disnea severa, silencio auscultatorio. Los criterios de ingreso en UCI son la necesidad de intubación, como indica el
deterioro de nivel de conciencia, parada, insuficiencia respiratoria global pese a oxígenoterapia intensa o agotamiento físico.
Diagnóstico diferencial.
Se debe establecer con otras enfermedades obstructivas de las vías aéreas (EPOC, bronquiolitis...), insuficiencia cardíaca, obstrucción de las vías respiratorias superiores (por tumores o edema laríngeo),
disfunción laríngea, lesiones endobronquiales, TEP recurrentes, neumonías eosinófilas, ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico).
Tratamiento.
En principio es importante detectar los factores contribuyentes y los irritantes y tratar de evitarlos. El papel de la inmunoterapia es controvertido.
Los fármacos utilizados en el asma se dividen en fármacos de rescate o aliviadores y controladores de la enfermedad. Los más utilizados son:
1. RESCATE: beta agonistas, corticoides sistémicos, anticolinérgicos inhalados y teofilinas
2. CONTROLADORES DE LA ENFERMEDAD:
- CORTICOIDES: inhiben la respuesta tardía, disminuyen la inflamación y reducen la hiperreactividad, pero no tienen efecto en la respuesta inmediata. Se utilizan de forma pautada por vía inhalada, y los más usados son la budesonida, la beclometasona y la fluticasona. Los principales efectos secundarios son leves y locales como disfonía y candidiasis. Son muy utilizados en combinación con los beta adrenérgicos de acción prolongada en dispensadores conjuntos
- CROMOGLICATO DISÓDICO: estabiliza las células cebadas y disminuye la hiperreactividad ya que bloquea la respuesta tardía. Es uno de los fármacos más seguros por lo que se utiliza mucho en niños y previamente a una situación que presumiblemente pueda desencadenar un ataque. El NEDOCROMIL SÓDICO tiene una acción similar pero más potente.
- ANTAGONISTAS DE LOS LEUCOTRIENOS (zafirlukast y montelukast): tienen acción antiinflamatoria y además actúan en la respuesta inmediata por lo que son útiles en el asma inducida por esfuerzo así como en la intolerancia a la aspirina y AINEs. Se usan por vía oral
Criterios de ingreso en UCI en las crisis asmáticas.
• Necesidad de ventilación mecánica: deterioro del nivel de conciencia o parada cardiorrespiratoria.
• Insuficiencia respiratoria (PaO2 <60 mmHg y/o PaCO2 >45 mmHg) a pesar del tratamiento con oxígeno a altas concentraciones.
• PEF <33% del teórico a pesar del tratamiento o deterioro clínico (agotamiento...).
- Tratamiento del asma crónico. Es un tratamiento escalonado. En un primer escalón se usan beta agonistas a demanda de acción corta, en caso de asma inducido por esfuerzo o profesional se pueden pautar previo a la exposición nedocromil o cromoglicato. En el asma persistente a parte de los beta2 agonistas a demanda, debe instaurarse en primer término corticoides inhalados. Añadir un beta2 agonista de acción larga es recomendado en el asma nocturno y en asma moderado o grave, ya que la asociación resulta más potente
que subir la dosis de corticoide
* En cada escalón se pueden añadir otros fármacos como los antileucotrienos, antialérgicos, cromoglicato o inmunoterapia
- En las exacerbaciones el fármaco de elección es el betaBagonista de acción corta por vía inhalada añadiéndose corticoides sistémicos si la crisis es grave. Cuando la vía aérea es muy poco permeable se usan los beta agonistas subcutáneos o incluso intravenosos y se debe reevaluar el PEF a los 20-30 minutos para asegurarse de la evolución.
La homeopatía y otras medicinas alternativas ayudan mucho al paciente que padece cualquier alergia, y en concreto del asma. Siempre encontrará una mejoría significativa y en muchos de los casos, podemos llegar a minimizar la utilización de medicamentos convencionales e incluso llegar a retirarlos. Con el tiempo, estos pacientes que padecen asma, dejan de sufrir sus continuas crisis asmáticas, mejorando, por lo tanto, su calidad de vida.
Mencionar que los medicamentos homeopáticos actúan estimulando las propias capacidades reactivas y vitales del ser humano, estimulando las diferentes vías fisiológicas, entre ellas, el sistema inmunológico, para devolverle el equilibrio que había perdido. Siempre se ha dicho que la Homeopatía es una medicina individualizada, que el tratamiento que le daremos a un niño que padece asma, casi siempre será diferente del de otro niño que padece la misma enfermedad pero, a pesar de que los dos padecen asma, se diferencian en que uno tiene unos síntomas y el otro tiene otros diferentes.
Hay tres remedios homeopáticos que son muy importantes a la hora de tratar al paciente asmático, Arsenicum album, Kalium carbonicum e Ipeca. Hay otros medicamentos homeopáticos interesantes en el tratamiento del asma; la lista es larguísima porque hay tantos como modalidades de asma. Entre ellos podemos citar: Aconitum napelus, Antimonium tartáricum, Apis mellífica, Metallicum álbum, Belladona, Nitricum acidum, Urtica ureas, Dulcamara, Ignatia, Nux vómica, Medorrhinum, Psorinum, Lachesis, Phosphorus…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario