martes, 5 de noviembre de 2013

LA DEPRESION


El concepto de depresión es el de un espectro de enfermedades que tienen en común la presencia de un síndrome más o menos homogéneo y relativamente persistente, que incluye síntomas cognitivos, afectivos y vegetativos, que produce en una persona un malestar significativo que se manifiesta en el ámbito de sus relaciones interpersonales, en su trabajo y consigo mismo.

Los datos más significativos del síndrome son: en ánimo abatido, apatía, anhedonia, lentitud o agitación psicomotriz en diversos grados, pesimismo, culpa e indecisión, pensamientos sobre la muerte y/o suicidio, trastornos del sueño y del apetito, también del peso corporal y síntomas físicos vagos y persistentes. El espectro se compone de una variedad de trastornos con características propias cada uno: La enfermedad bipolar, la depresión mayor, la distimia, la ciclotimia, la reacción adaptativa depresiva, la depresión debida a enfermedad médica, la debida a uso de substancias y la personalidad depresivo masoquista. Algunos de estos padecimientos del espectro tienen una etiología biológica de predisposición genética, donde se ven involucrados los neurotransmisores del sistema límbico, principalmente la serotonina, y norepinefrina. Estos casos son los que responden adecuadamente a antidepresivos. Otros padecimientos del espectro depresión tienen una etiología psicológica, siendo difícil distinguir unos de otros, estos últimos responden a psicoterapia y la mayoría de los casos, variando su predominio del total del 70 al 80% aunque para el punto de vista norteamericano la frecuencia de respuesta a antidepresivos es del 80% de los casos.

El trastorno bipolar corresponde al primer caso (alteraciones de origen biológico) y tiene una prevalencia de 1.5 a 2.5% de la población general en estudios anglosajones. La prevalencia en México es del 0.2 al 1.3%. El 40% de los pacientes tendrán al menos un intento suicida en su vida y el 60% abusan del alcohol o de alguna otra sustancia. Tanto los episodios maníacos como los depresivos no deben estar relacionados con substancias ni enfermedades médicas. Se conocen dos formas de trastorno bipolar, el tipo I y el tipo II. En la primera hay cuadros francamente maniacos, mientras que en la segunda solo hay cuadros hipomaníacos. En ambos se pueden presentar cuadros depresivos, además, en el tipo II los ciclos suelen ser más rápidos. En general la depresión (en el total de sus presentaciones), tiene una prevalencia del 10% en la población general. Es mayor en la mujer, sobre todo aumenta su presentación en periodos premenstruales, en el posparto y en el climaterio. Los trastornos médicos asociados a depresión son los mas frecuentes: alteraciones tiroideas, neoplasias, miastenia, párkinson, Alzheimer, SIDA, mononucleosis, lupus, artirtis reumatoide, anemia, avitaminosis. Los agentes farmacológicos relacionados más frecuentemente con el síndrome depresivo: antihipertensivos, esteroides, anticonceptivos, y antiparkinsónicos.

Enfermedades genéticamente relacionadas: trastorno por déficit de atención e hiperactividad, esquizofrenia y dependencia al alcohol. En cuanto a la depresión mayor se puede presentar en cualquier momento de la vida, con mayor frecuencia en mujeres 3:1 de la tercera y cuarta década de la vida. Puede ser episodio único o recurrente, persiste al menos dos semanas, no se relaciona con una enfermedad médica ni con uso de substancias ni con otro trastorno psiquiátrico primario como esquizofrenia o trastorno obsesivo compulsivo. No tiene relación con sucesos específicos de la vida. Pueden tener ciclos, frecuentemente con patrones estacionales. La distimia es un trastorno crónico (al menos dos años) con síndrome depresivo clásico que se mantiene la mayor parte del día y casi todos los días. Los trastornos depresivos pueden cursar con ansiedad o con disminución de la actividad motora. Cuando hay ansiedad, es frecuente que ésta se presente con síntomas más evidentes y frecuentemente llevan al médico a la prescripción de ansiolíticos ignorando la presencia de la depresión. En estos casos el trastorno depresivo se agrava por la acción depresora de loas benzodiacepinas que son los ansiolíticos de mayor uso. Ésto significa que a todo paciente ansioso debe preguntársele respecto a datos de depresión. Pueden combinarse ansiolíticos con antidepresivos en caso necesario, lo mismo cuando se requiere agregar al tratamiento de la depresión una BDZ sedante por el manejo del insomnio que acompaña con frecuencia a los trastornos del ánimo. Sin embargo, lo ideal es controlar el insomnio con un antidepresivo sedante.

La comorbilidad es frecuente con: trastorno de pánico, migraña, insomnio severo, bulimia, trastorno obsesivo compulsivo y fármaco dependencias. La mayor parte del espectro depresivo tiene buen pronóstico, siendo el trastorno bipolar el que queda incierto, dependiente de algunas variables de tipo y presentación. Sin embargo los trastornos del ánimo no son deteriorantes de la cognición como el caso de las esquizofrenias.El manejo farmacológico no debe suspenderse antes de 8 ó 9 meses dados los
riesgos de recaídas y la suspención de los medicamentos ha de ser paulatina.

En el tratamiento para la depresion la terapia psicologica y los antidepresivos pueden combinarse perfectamente con homeopatia, flores de Bach y aromaterapia juntos armonizan y ayudan a restablecer la salud mental del paciente.

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